martes, abril 19

El cocinero del Dux

Los días se alargan, el sol nos renueva, vacaciones santas, la lectura pasa del sofá a la terraza. Hace bastantes semanas que no recomendamos narrativa gastronómica. Este librito lo empecé una anodina tarde de viernes y me tuvo enfrascado hasta la última línea del domingo noche. Los 10€ invertidos en lectura, en su edición de bolsillo (Booket Novela Histórica, Editorial Planeta, Barcelona marzo de 2010), están siempre justificados ante las sesiones de la pequeña pantalla saturadas de garrulas princesas, aburrido balompié, patéticos niños de papá o infumables programas de basura cardíaca.

El cocinero del Dux, de Elle Newmark. Para aquellos que quieran la versión original, la autora lo publicó en 2007 bajo el título “The Book of Unholy Mischief”.

El argumento es simple, rápido, ameno. La portada lo presenta como: “intrigas, misterios y traiciones en el corazón de Venecia” y de la contraportada copiamos:

“Venecia, 1498. Luciano es un ladronzuelo que sobrevive en las calles de la ciudad en compañía de otros jóvenes rateros. Su vida cambia el día en que Amato Ferrero, el chef del dux, lo ve robando una granada y lo lleva a su cocina, donde lo asea, lo alimenta y le anuncia que lo ha elegido para que se convierta en su aprendiz. Por aquellos días, un rumor se extiende por el Rialto. Un libro antiguo y de gran valor, cuyo contenido nadie conoce con certeza, se encuentra en la ciudad y, por una razón u otra, todos lo buscan. El dux sólo desea poder curar la enfermedad que está acabando con su vida; el Consejo de los Diez quiere desacreditar el Papa de Roma y pasar a Venecia el centro de poder de Italia; y Luciano sueña con conquistar a Francesca con las fórmulas de amor eterno… Ninguno de ellos se detendrá ante nada para hacerse con el libro y conseguir su objetivo.”

Así pues, más allá del hilo conductor, la autora nos deleita con algunos bellos pasajes de la relación entre maestro y aprendiz, de la intimidad entre el cocinero y el producto, de la lucha entre superstición y progreso, de la frontera entre la realidad y la fábula, de los valores entre amistad y traición, de los extremos entre el desconocimiento y la conservación del patrimonio cultural gastronómico.

Me encantó la “primera lección de cocina” que recibe Luciano de manos del chef Ferrero:

“La cebolla es la reina de las hortalizas, da a la comida color y encanto, y su fragancia mientras se carameliza en la sartén es una promesa de deleite. […] Cuando el tiempo lo permita, maneja la cebolla con respeto, repara en a piel lustrosa, es el color delicado y sutil del jerez añejo cuando la luz pasa a través del cristal del vaso. […] Mira la cebolla pelada, está recién desnudada y nadie la ha visto antes que tú. Sus colore son el blanco virginal teñido con verde primavera. Trátala con cuidado. […] Aspira el aroma, el alma, pero tómate tu tiempo. El arte de cocinar, como el arte de vivir, debe ser saboreado por su propio bien. No importa que la comida que hemos preparado sea ingerida en pocos minutos. El acto de la creación lo es todo. […] ¿Por qué las cebollas nos hacen llorar? También podrías preguntar por qué lloramos ante una obra de arte o el nacimiento de un hijo. Son lágrimas de asombro, Luciano. Déjalas que fluyan.”

Como loco y romántico bibliófilo, me tuvieron en vilo diferentes detalles. Para empezar, los capítulos están titulados como si fueran diferentes libros: el libro del mal profano, el libro de los herederos, el libro de los deseos, el libro de los escritos prohibidos, el libro de las medias verdades, y así hasta el capítulo 34 que cierra la aventura con el libro de los huesos. Por otro lado, las referencias a la biblioteca del chef Ferrero y la responsabilidad de los Guardianes, sublimadas en metáfora con un soufflé de amaranto.

“El chef raramente consultaba alguna receta de las atestadas estanterías que tenía a su espalda. Los libros estaban cubiertos de polvo por falta de uso, pero a mi maestro, un verdadero guardián del conocimiento, le encantaba coleccionarlos.”

“Nuestras recetas son códigos, una forma de salvar fragmentos de conocimiento que, de otro modo, se perdería o sería destruido.”

“Has venido a mí en busca de conocimiento. Empezaremos compartiendo estos sesos.”

“Todos morimos, pero dejamos algo atrás. Alcanzamos la inmortalidad transmitiendo el conocimiento. El soufflé enseña la locura de buscar la inmortalidad. La vida es muerte. Un momento surge y muere. No hay nada como el presente, y no puedes aferrarte a él… Sólo puedes estar en él. Un soufflé despierta conciencia del momento. Nos obliga a apreciar el ahora rico y fluido.”

6 comentarios:

  1. Lo estoy leyendo, voy por el principio, pero la primera clase ya la he pasado y estoy totalmente de acuerdo contigo, magnifica clase.
    Un saludo

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  2. Bueeeeeeeno, alguien debería poner al alcance del vulgo toda esta ingente cantidad de sabor literario que nos servís en la pantalla. Que gusto y a la vez que disgusto no poder paladearlo con nuestras propias retinas.

    Demà és Sant Jordi. A ver que cae!!... :D

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  3. Hola, para unos amantes como vosotros de los libros antiguos tengo una preguntilla: existe alguna biblioteca,lugar, donde consultar libros y tratados de culinaria?? tipo Biblioteca Nacional.
    Saludos y gracias por el blog

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  4. Hola anónimo,

    En Barcelona puedes encontrar buenos fondos de bibliografía gastronómica en la Biblioteca de la Barceloneta:

    http://w3.bcn.es/V51/Home/V51HomeLinkPl/0,3989,526633668_528513810_2,00.html

    En la biblioteca de Francesca Bonnemaison y la Biblioteca Popular de la Mujer:

    http://w3.bcn.es/V51/Home/V51HomeLinkPl/0,3989,526640750_528520887_1,00.html

    http://w3.bcn.es/V51/Home/V51HomeLinkPl/0,3989,526640750_528520813_1,00.html

    Y en digital:
    http://www.bne.es/es/Catalogos/BibliotecaDigital

    Esperamos que te sirva. Si alguien más conoce otras bibliotecas especializadas en gastronomía...

    Saludos.

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  5. Quina meravella... A la llista! Moltes gràcies

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  6. Gracias por la información!!! si alguien conoce otros lugares...ya sabe!
    Anónimo Javier os saluda

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